28 de enero de 2007

Louise Attaque


El mayor riesgo de estar triste es acomodarse en la tristeza. Es dulce ese sopor en el que puedes eludir todos tus compromisos. La justificación perfecta para no coger el teléfono, para responder con monosílabos a cualquiera, para no devolver los buenos días al vecino. Es éste un gran peligro. Así, cuando uno está triste debe maltratarse: levantarse cinco minutos antes de que suene el despertador, ducharse con agua fría, trabajar muy duro sin descanso, comer lentejas, coger el teléfono y llamar a todos los enemigos. Con todo esto seguirás estando triste pero incómodo. Sin correr el riesgo de quedarte para siempre en la tristeza.

Cuando estés alegre, en cambio, mimaté: levántate cinco minutos tarde, dúchate con agua muy caliente, escapa del trabajo para tomar un café, come guisantes y jamás respondas al teléfono. Cuando te pregunten con qué derecho andas eludiendo tus responsabilidades no dudes en afirmar solemnemente: "estoy alegre y eso hay que aprovecharlo". Con todo este quehacer y dado que es muy dulce ese sopor en el que puedes eludir tus compromisos, correrás el riesgo de acomodarte y quedarte para siempre en la alegría.

Ilustración de Mr.Cactus

22 de enero de 2007

El hijo pródigo

¿Sabes esa sensación? Cuando es de noche y caminas por una calle solitaria y silenciosa. La espalda se tensa y apresuras un poco los pasos sin reconocerlo.

Hay un hueco tras las costillas demasiado grande como para caber ahí.

El miedo te puede acorralar como un predador a su presa, a mí me ocurre a veces. Entonces camino aprisa. Busco mi calle en los recuerdos como convocándola. Presiento mucho antes de aparezcan el color de las fachadas. El silencio que generan los ruidos conocidos. Incluso a ella la recuerdo; quizá por primera vez en el día.

En esos momentos no te avergüences si crees oír unos pasos y sólo son los ecos de los tuyos. O una respiración y sólo eres tú (y tu resuello). Si se hace más grande el hueco tras las costillas y tratas de tragar el suficiente aire como para llenarlo. Si te aferras a la promesa de su presencia como si de un amuleto se tratara.

Cuando llego al punto conocido decelero. Empieza a acogerme el silencio de mis ruidos. Y siento al fin el alma que se acopla. "Te esperé todo el día". Las llaves giran en la cerradura como bailando. Ya no hay huecos de aire suplente, sólo está ella.

Todas las casas tienen un olor propio. Sabrás cuando has llegado a la tuya con sólo usar la nariz un poco.

Se hace al fin el silencio: una vecina habla por teléfono, unos niños gritan jugando, un vecino ronca. Silencio al fin en mi cabeza. Ella sonríe.

Como tú interpreto la rutina de la llegada. Soy una actriz satisfecha de sí misma. Sé de antemano que todo se desarrollará según el guión -o con eso nos engañamos tú y yo-. Ella se vale de sus viejas artimañas para llamar mi atención. Salta y juguetea, pero celosa de sus funciones sabe que no debe alterar mi calma.

Confieso que más tarde cuando ya las sábanas se cubren le cuento historias como si fuera una niña. Ella agarra el sueño con una mano y mi pecho con otra. Sé que mis historias le recompensan de mi ausencia. De algún modo enmiendo mi atrevido exilio.

Me pregunto cómo haces tú para compensar tus ausencias.

Sin embargo, no me oculto que este intento de resarcirla es aún más cruel que mi abandono. Todas estas dulzuras de mi parte sólo harán que me eche aún más de menos mañana cuando, INEVITABLEMENTE, me aleje de nuevo.

21 de enero de 2007

La hoja roja


"-Vázquez decía que el retiro es la antesala del otro mundo, ¿qué le parece?
[...]
-Puede que Vázquez exagerase -dijo-, pero de todas maneras a mí me ha salido la hoja roja en el librillo de papel de fumar [...]
-Quedan cinco hojas."


"La hoja roja" es uno de los primeros libros de Miguel Delibes, publicado en 1959 y merecedor del Premio de la Fundación Juan March.

Si ya en otras obras de Delibes una característica fundamental del autor es la capacidad para generar arte a partir de su visión humanista de la realidad, en esta obra esta característica sobresale por sí misma y con fuerza durante todo el relato.

De una belleza poética abrumadora, la historia del viejo Eloy que se enfrenta a su jubilación mal aceptada viene a convertirse en un alegato existencialista a favor de la vida con mayúsculas. El amor hacia el acontecer de las pequeñas realidades del día a día va a convertirse en el andamiaje imprescindible para las vidas de sus personajes.

Es ésta una bellísima historia, de exquisita resolución. Con una cuidada torsión en espiral hacia el centro de unas vidas que se encuentran en lo esencial y aúnan sus soledades humanas.

La genialidad indiscutible del escritor vallisoletano hace gala en esta obra de un buen gusto y una maestría que no requieren de ambages para merecer la admiración de los lectores.

Una lectura muy recomendada.

Si me necesitas, llámame


En este volumen se recogen cinco relatos de Raymond Carver que su viuda, Tess Galagher, recuperó de entre las pertenencias de su fallecido esposo. Son pues relatos que el escritor aún no dio por concluidos y que no han pasado por las sucesivas revisiones y cribas que tan propias le eran a Carver en sus trabajos.

Amante de la revisión hasta el exceso. Perfilaba con cuidado cada frase y cada paso del relato. Los finales absorbían su atención concienzuda para dosificar la fuerza, las palabras, las impresiones.

Se ha dado por llamar a Carver precursor del minimalismo, del realismo sucio y no sin críticas hacia estas clasificaciones. Y lo único indiscutible en cualquier caso es que Carver es padre de un género distinguible, algo nada fácil en la literatura contemporánea. Lo llamativo quizá de este mérito es que no le corresponde a él mismo en exclusiva sino que lo comparte de forma controvertida con su editor Gordon Lish. Será él quien dotará a la prosa de Carver de toda la fuerza expresiva que se ha hecho característica. A pesar de la obsesiva limpieza que sobre sus obras acometía Carver, aún pudo su editor eliminar aún más palabras sobrantes. Aún pudo dejar desnudos los esquemas y resortes más profundos de sus relatos.

Se torna entonces la lectura en un caminar angustioso por la realidad cotidiana y sencilla de sus personajes. Se abandona al lector ante un ominoso presente en el que es imposible no advertir la sombra de un fatídico futuro.

La controversia sobre si el mérito en la obra de Carver le pertenece a él mismo o al inteligente giro guiado por su editor queda irresuelta y viene a engrosar las muchas similares que pueblan la historia de la literatura. En modo inverso Alejandro Dumas sigue siendo objeto de similares polémicas al hilo del uso por parte del autor de gran cantidad de negros que escribían por él gran parte de sus voluminosos folletines. En el caso de Dumas el proceso es inverso, los escritores supuestamente mediocres a su cargo realizaban el vasto esfuerzo de hilvanar el discurso narrativo y el genio tomaba luego los borradores y los retocaba hasta convertirlos en las obras maestras en que se convirtieron. Que cada cual juzgue quién merece ser laureado y admirado.

Lo que es indiscutible es la fuerza de estos relatos, de esta maestría en la sencillez, la fantástica manera en que el autor deja al lector indefenso ante el acontecer opresivo de sus fantasías.

La vida de la clase media estadounidense, haciendo hincapié en las miserias más humanas son el caldo de cultivo de sus historias. Muchos de sus personajes padecen de adicción al alcohol al igual que su creador. Cuando Carver murió llevaba diez años perfectamente sobrio. Seres abandonados y angustiados que tratan de reconducir sus vidas son los principales personajes de su ideario personal.

Es ésta una lectura muy recomendada.

20 de enero de 2007

El perfume


La historia de "El Perfume" es la de un hombre que busca su propia esencia, que se busca a sí mismo, que busca una razón irreprochable para merecer el amor de los demás; para merecer lo que nunca ha tenido.

La novela "El perfume" del escritor alemán Patrick Süskind se publicó en 1985 y ha sido un gran éxito de ventas incluso antes de su reciente adaptación al cine. Es éste un escritor esquivo con la prensa y la popularidad. Autor de otras obras que no han alcanzado el éxito de ventas de su libro de los olores.

Es fácil encontrar quien te recomiende esta obra. Es sencilla, ligera, rápida; una historia contada al más clasico estilo lineal, con toques decimonónicos en la prosa, corte romántico y un suave regusto a los folletines de Dumas o Dostoievski.

La originalidad de la obra reside en la ubicación del lector en el centro de la percepción de un hiperestésico para los olores. Cautiva la descripción nada sencilla de las impresiones que ofrece uno de los sentidos más olvidados en la historia del arte: el olfato. Transporta y abruma. Lo que sirve de pretexto a este ejercicio descriptivo es una historia clásica del asesino en serie, del alienado social, del maldito. Un acercamiento a un tipo de ser humano que provoca repulsión y fascinación a partes iguales. El misterio del que mata y sus motivos.

Es un libro que debes regalar a alguien a quien quieras incitar a la lectura. Muy adecuado como medicina espiritual para adolescentes melancólicos.

14 de enero de 2007

Poético amanecer

"Poético amanecer" es el último libro editado por la Asociación Artístico Literaria Itimad. En él se recogen los trabajos de los alumnos del Curso de Poesía que tuvo lugar el curso pasado. Uno de esos alumnos es mi amigo Rafa que me ha dejado impresionada con algunos de sus trabajos.

La portada es diseño de Rosita Fraguel. Sencilla y funcional eso sí. Y como siempre, me hace mucha ilusión ver el libro terminado :)




Pies de barro


Novela de Terry Pratchett publicada en 1996.

Tras mi primera impresión con Terry Pratchett que me dejó la sensación de quedarme a medias y lejos de entender por qué hay tanto fanático de este autor, en esta segunda lectura he comprendido muy bien el porqué. En esta entrega de la saga de Mundodisco, Pratchett se ocupa de la guardia de Ank-Morpork, de un caso policial al más clásico estilo y aprovecha la excusa para repasar pormenorizadamente la estructura política y social de la ciudad.

En este libro la ironía y el humor ácido que se entreve en "Soul Music" se vuelve muchísimo más claro. No queda títere con cabeza: desde la revisión de los roles femeninos y masculinos en la sociedad, hasta la bondad de los distintos regímenes de gobierno, todo se somete a una visión crítica cargada de humor e inteligencia.

El argumento de la novela está a la altura del género policíaco o de detectives en el que el misterio se va devanando poco a poco manteniendo al lector en suspenso y proponiéndole el reto de resolver él mismo el caso.

Un libro divertidísimo, en el que en ocasiones es difícil reprimir la carcajada y en la que el lector se siente halagado en su ego de inteligente receptor de los guiños y las referencias. Muy recomendada lectura para todos.

(Ahora sí que sí Agente Naranja :) )

7 de enero de 2007

En busca del Unicornio


Novela de Juan Eslava Galán publicada en 1987 tras ser galardonada con el premio Planeta.

La novela, cuya trama se sitúa en las postrimerías del siglo XV, narra el viaje de un grupo de expedicionarios liderados por un hidalgo español que cruzaran toda África en busca del cuerno de un unicornio. El rey, Enrique IV, aqueja de un grave problema de impotencia y se cree que el polvo extraído de la rayadura del cuerno de unicornio será la cura de su enfermedad.

Narrada en primera persona y con un lenguaje de regusto arcaico, la novela es una crónica en toda regla de lo acaecido durante el viaje. Ese mismo lenguaje arcaico hace que el hilo narrativo permanezca alejado del lector, aún a pesar del uso de la primera persona. Quizá sea la adaptación a este lenguaje el único esfuerzo solicitado al lector que es mimado durante todo el libro.

Trazado con gran rigor histórico el hilo narrativo se ve salpicado de pequeños y no tan pequeños cruces con la realidad del momento: las expediciones Portuguesas rodeando la costa africana, la subida al trono de los Reyes Católicos, la conquista de Granada, la partida de las carabelas en busca de una nueva ruta hacia las indias...

La trama, plagada de pequeñas anécdotas, conserva un ritmo atractivo y adictivo. Una historia ya clásica del sinsentido de las grandes empresas que arrastran a los pequeños y sus vidas sin que éstos obtengan gran recompensa (o ninguna) tras sus esfuerzos. Una situación repetida en la historia de España hasta el hartazgo y objeto de fabulación en otras novelas de Juan Eslava Galán y de su amigo el escritor Arturo Pérez Reverte.

Una entretenida y divertida lectura, ligera pero profunda en sus conclusiones. Recomendada para los amantes de la aventura.

4 de enero de 2007

De la alergia a la realidad (versión 2)

En una olvidada fórmula matemática la progresión del clima devolvía en su gráfica la imagen de un pez gigante con una mandíbula diabólica. Sería por las dimensiones de la dentadura o el sueño, que cuando miró el pez le resultó familiar. Y sería quizá por ese aire de genética confusa que vino a recordar a su tío M., un hombre de piel siempre húmeda como la de un pez. Aparcó su trabajo matemático a un lado y sentenció el sueño, una vez más, al destierro. Se levantó de la mesa y marchó a la playa, donde tantas veces su tío M. se sentó con él a inventar cuentos imposibles. Sentado en la orilla recordó cuántas noches había pasado contando las estrellas a causa de aquella historia que a su tío le dio por inventar. Una desconocida leyenda que le desveló con gran misterio y que aseguraba que aquél capaz de hacer el recuento total de las estrellas se convertiría en un gigante pez inmortal.

La mañana había borrado las estrellas. Una niebla lechosa envolvía todo y las olas se batían suavemente en la orilla. Recordó la mandíbula de su gráfica y le recorrió un escalofrío. Muchas fueron las noches que pasó en vela mirando al cielo y contando hasta donde sus fuerzas le permitían y sin más objetivo que alcanzar la condición de pez regio. Se imaginaba a sí mismo como su propio tío M., de quien sospechaba que conocía el mágico número pero no lo confesaba a causa de alguna extraña elección que le dejaría varado del lado de los humanos, en esa soledad misántropa en la que siempre vivió.

De sus excesos en las noches le sobrevino una pulmonía monumental que su madre se empeñó en tratar a base de brebajes que, según ella, habían curado a toda la familia. Sintió en el paladar el sabor del caldo de pescado que su madre le hizo tomar durante semanas como único alimento. El viento le trajo un olor penetrante de mar antiguo y le sobrevino la misma náusea que entonces, la noche que pensó que aquel caldo estaba hecho de hombres que supieron contar las estrellas.

El sueño le provocaba dolor de cabeza, pero el viento helado aliviaba sus sienes. La fiebre le subía todas las noches a pesar de los remedios caseros. Finalmente le visitó el médico, a petición de su padre y aprovechando la ausencia de su madre. Le prohibió el pescado y sus derivados, aduciendo que la enfermedad del niño no era más que una alergia. Tras una fuerte discusión de sus padres, el pescado fue eliminado de su dieta para siempre.

Pero su madre no se había dado por vencida y le colgó al cuello una medalla con un pez de plata a la que ella atribuyó siempre la curación de su pequeño. Se desnudó y contempló en la medalla la mandíbula de pez colgándole del cuello. Sintió frío en la piel. Se metió en el agua con los huesos conscientes de sí y los labios amoratados. Nadó un poco, volvió a recoger su ropa y dejando un camino de sal llegó a la casa. Tomó un caldo de pollo caliente y se sentó de nuevo frente a sus papeles.

El pez de su gráfica le miró desde el cuaderno y venciendo el sueño se sumergió en su estudio. Al fin y al cabo el recuento de las estrellas no es tarea fácil y que un pez te mire desde una gráfica es siempre un excelente augurio.

(Cambios guiados por las correcciones de mi profesor Ángel Leiva, juzgad vosotros qué versión os gusta más)