28 de enero de 2007


El mayor riesgo de estar triste es acomodarse en la tristeza. Es dulce ese sopor en el que puedes eludir todos tus compromisos. La justificación perfecta para no coger el teléfono, para responder con monosílabos a cualquiera, para no devolver los buenos días al vecino. Es éste un gran peligro. Así, cuando uno está triste debe maltratarse: levantarse cinco minutos antes de que suene el despertador, ducharse con agua fría, trabajar muy duro sin descanso, comer lentejas, coger el teléfono y llamar a todos los enemigos. Con todo esto seguirás estando triste pero incómodo. Sin correr el riesgo de quedarte para siempre en la tristeza.

Cuando estés alegre, en cambio, mimaté: levántate cinco minutos tarde, dúchate con agua muy caliente, escapa del trabajo para tomar un café, come guisantes y jamás respondas al teléfono. Cuando te pregunten con qué derecho andas eludiendo tus responsabilidades no dudes en afirmar solemnemente: "estoy alegre y eso hay que aprovecharlo". Con todo este quehacer y dado que es muy dulce ese sopor en el que puedes eludir tus compromisos, correrás el riesgo de acomodarte y quedarte para siempre en la alegría.

Ilustración de Mr.Cactus

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no fuera porque lo has escrito tú juraría que esto lo he escrito yo y no me acuerdo :-)

Espléndido. Me ha encantado.

pupupidu dijo...

Pero q texto tan bonitoooo !!!
Me ha encantao!!

Rosita Fraguel dijo...

Jolín, gracias a los dos :P

Bienvenido Fanshawe, creo que es la primera vez que te veo por aquí... :)