27 de diciembre de 2012


Siempre me pregunté quién arañaba mis cristales.


Fotografía de digodugo artevisual. Si no conoces su trabajo, ya estás tardando :)

13 de diciembre de 2012

Apaño

Con cuidado para que no se les caigan los alfileres hace un movimiento lento que desentumece un poco las puntas, pero no se atreve a aletear más fuerte por si ceden los hilvanes. Un remiendo chapucero, piensa mientras repasa los churretes de la túnica y endereza como puede la coronita de latón. Cinco minutos, dice alguien que abre fugaz la puerta del camerino. Se muerde el labio frente al espejo, las bombillas crean un bonito halo alrededor de su cabeza. Consume los minutos rezando por que el apaño sea suficiente. Es el momento ya: abre la ventana y la atraviesa.

Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio

9 de diciembre de 2012

Máscaras


Elige la de hoy. Sonriente, triste, nunca tú, salvo los ojos que atraviesan un túnel de nácar, madera y marfil. Tus dedos juguetean con el lazo en la nuca mientras preguntas: ¿hemos llegado ya?

6 de diciembre de 2012

Destiempos

Antes de que vuelva papá tengo que encontrar la forma de huir. De la tina en la que mamá está tiñendo ropa de negro he sacado un pañuelo grande para hacer un hato igualito al del Tom Sawyer de la tele. Puede que luego me dé pena haber abandonado a mamá pero tengo que irme mientras él no pueda impedirlo. Ella anda empaquetando cosas y recibiendo a las visitas entre esas lágrimas nuevas. Quizá me quedara si no repitiera tanto eso de “¿qué vamos a hacer sin él?”

Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio

8 de noviembre de 2012

Igual que ellos

A la cola, como todo el mundo, hasta en eso tenían que igualarnos. Todavía tenía los dedos encarnados. Había elegido un nombre para mí y lo había escrito en rojo por todos aquellos muros blancos. Y ni era único: Gabriel, como el del otro.

La cola avanzaba a buen ritmo. Yo bajaba la vista hacia el hormigueo de los hombres y un escalofrío me hacía recular como si pudiera tener miedo. Cercenaban las alas que se desplomaban con sobresalto de duermevela. Cuando llegó mi turno, justo antes de cerrar los ojos y dejarme caer, creí escuchar un susurro del verdugo: ahora, igual que ellos.

Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio

14 de octubre de 2012

Sísifo

De corazón y científicamente, con la intuición y la razón, a golpe de víscera y de neurona, estoy convencido a estas alturas de que no hay éxito ni derrota, sólo la repetición de estos intentos, el acarreo de la piedra enorme hasta la cima y el despertador a las seis de la mañana.

Micro escrito para el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio, aunque no participa en la semana correspondiente porque se me pasó el plazo de entrega a la espera de otra idea mejor que no tuvo tiempo de llegar...

11 de octubre de 2012

División por cuatro

Con esa exactitud tan característica de la ciencia supo determinar quién le había traicionado, y en quién debía confiar, la fórmula del amor, el cálculo de las mentiras piadosas y los halagos sinceros, supo despejar a quién era seguro desvelar los secretos, la probabilidad de éxito en los empleos que se le ofrecían o el punto de inflexión exacto en que convenía plantar cara a los abusos de sus jefes. Sólo le resultó inútil tanta precisión aquella noche cuando cenaba con cuatro amigos, decidieron pagar a escote y el camarero trajo la cuenta.

Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio

2 de octubre de 2012

Chatarra que sueña

Chatarra que sueña
en las escombreras
el arrabal de la vigilia
creando mundos
para echarlos de menos

28 de septiembre de 2012

Nacimiento del Arca (microrrelato reversible)

Hasta chocarse contra una pila de maderos. Una guedeja de cabra se desliza flotando sobre el charco de leche derramada. Ya no tiene por qué temer las nubes negras sobre el Ararat de sus sueños. Noé recuerda al hombrecillo escarlata que volcó el cubo con una de sus pezuñas y recupera al fin la paz de espíritu.

Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio

20 de septiembre de 2012

El Escritor

Se oye un rítmico puf puf de fantasmas paridos. Abajo, en la cocina, un relampagueo de fauces de dragón. Por la chimenea cae un revoltijo de telas negras, verrugas y hebras de esparto. En el dormitorio, hay un eco de ronquidos de doncella. Una risa en el pasillo eriza los pelos al gato que huye dando taconazos. El perro aúlla en el salón con dolor humano (…) Es hora de recoger a los niños. Suelta el bolígrafo aunque no ha cumplido el capítulo diario. Se ata los zapatos en silencio. Al alejarse en coche de la casa, mira por el retrovisor y le sorprende la chimenea torcida.

Micro que envié al concurso Relatos En Cadena y que, evidentemente, no ha sido seleccionado

Chatarrero. Miguel Campello

12 de julio de 2012

Border Memorial. Frontera de los muertos

“Border Memorial. Frontera de los Muertos” es una obra de realidad aumentada creada por un equipo multidisciplinar liderado por John Craig Freeman y Mark Skwarek, ambos artistas contemporáneos, finalizada en Enero de 2012. La obra está dedicada a los inmigrantes que han perdido la vida al cruzar la frontera entre Estados Unidos y México en los últimos años. El espectador en este caso, provisto de un móvil puede visualizar a través de la aplicación unas marcas en cada punto en que se ha localizado una muerte. Estas marcas están situadas vía GPS y señaladas gráficamente a través de modelos 3D de tamaño natural de las tradicionales calacas mejicanas. Las calacas son figuras de esqueletos usadas en México durante el Día de los Muertos como decoración.

Esta obra se adscribe al contexto de las obras de arte contemporáneas basadas en el uso de la tecnología como recurso de expresión y lenguaje. Concretamente, se trata de una obra basada en prácticas de realidad aumentada. En éstas se enriquece una visión del mundo real con elementos virtuales añadidos. Además, por su propia naturaleza actúa como una instalación en la que el usuario queda totalmente inmerso en la experiencia artística ofrecida y al mismo tiempo libre para explorar la propuesta siguiendo un proceso de elección propia.

En este caso la obra participa con intensidad de algunas de las características enunciadas por Gianetti[2] para las prácticas artísticas instalacionistas de manera que la noción de proceso frente a la de obra acabada toma relevancia al permitir al espectador elegir el modo en que quiere explorar la instalación; la obra se presenta en un espacio social y público; y, adicionalmente, hay una preocupación por el papel desempeñado por el receptor en su interacción con la obra.

En cuanto a los medios empleados, como se ha comentado anteriormente, la interacción del usuario es plenamente visual. Si bien las calacas usadas como señalización de los puntos clave se han modelado en 3D, no persiguen ser una representación fidedigna o hiperrealista sino que su dimensionalidad trata tan sólo de integrar la experiencia de realidad aumentada de una forma más natural para el espectador.

Sobre los tipos y grados de interacción planteados en esta obra podríamos decir que se trata de un sistema reactivo[2] en el que el espectador puede acceder a la información ofrecida pero no tiene posibilidad de modificarla o actuar sobre ella. La interacción es externa[3] al no interactuar los objetos virtuales entre sí. La máquina utilizada es no trivial[2] y la interacción es comunicativa o cinética[2] al incorporar los movimientos del espectador como habilitadores de la visualización de una u otras zonas de la instalación.

Desde un punto de vista conceptual, esta obra actúa, como muchas de las recientes obras basadas en Realidad Aumentada, como herramienta de activismo socio-político. El grado de inmersión y la privacidad de la experiencia ofrecida hacen que esta herramienta tecnológica sea muy adecuada para mensajes políticamente incorrectos, subversivos o perseguidos.

Esta denuncia socio-política, manifiesta por su contenido y temática, se ve reforzada en una dimensión adicional por los elementos formales incorporados ya que el uso de las calacas como elementos señalizadores introduce un elemento folclórico mejicano en un territorio del que estas personas han sido excluidas. Actúa así como un elemento de conquista cultural de un espacio prohibido, como elemento reivindicativo y de denuncia ante la frontera y el espacio nacionalista impuesto sobre el valor de la vida y las personas. Por otra parte, los propios autores referencian la potencialidad de las obras monumentales conmemorativas a la hora de evidenciar la realidad de las víctimas de conflictos bélicos o sociales de una forma tangible (sensorialmente accesible) que obliga al espectador a una reflexión más profunda de la que en principio está dispuesto a hacer. Además estas obras monumentales concentran sentimientos de comunidad, nacionalidad y solidaridad, así que la inmersión de este monumento en forma de instalación de realidad aumentada en territorio americano aumenta su componente de denuncia.

Por último, el uso del mundo virtual o real aumentado para la ejecución de este acto reivindicativo incide en la tendencia a extender la propia realidad personal y nacional al mundo virtual y no sólo físico. Aumenta las fronteras de nuestro espacio vital.

[2]GIANNETTI,  Claudia,  “Estética  Digital:  Sintopía  del  arte,  la  ciencia  y  la  tecnología”, L’angelot, (2002). 
[3]COUCHOT, Edmond, “Synthèse et simulation”, Poissant, Louise (ed),  Esthétique des Arts Médiatiques, op. cit. Vol II, pp. 275‐290, (1995).


Análisis de la obra “Border Memorial. Frontera de los Muertos”
Trabajo para el Curso Prácticas Artísticas Mediante Realidad Aumentada
Universidad Internacional de Andalucía
Junio 2012

3 de julio de 2012

Entrevista a Ilan Wolff, fotógrafo con cámara oscura

Interesantísimo reportaje a Ilan Wolff con motivo de la celebración del Taller de Cámara Óscura que impartió en la Universidad de Sevilla (y que lamentablemente me perdí) en mayo de 2011. Está repartido en tres entregas, de la que la que enlazo es justo la última. En este video, a través de una interesantísima entrevista, el artista explica su visión de la fotografía, de la mirada fotográfica y de cómo los medios son secundarios a la idea artística. No os perdáis ni la entrevista ni su trabajo. Recomendado 100%.

11 de junio de 2012

Homenaje al MAESTRO


Yo también pasé allí muchas tardes, también creyó en mí, también oí su música indescifrable...
Homenaje al maestro Ángel Leiva gracias a Esperanza García Gerrero. ¡Gracias Esperanza!

27 de abril de 2012

Presentación de "El pergamino que contiene su nombre"



El próximo jueves 3 de Mayo a las 20'30h en La Carbonería tendrá lugar la presentación de los cuadernos poéticos "Devenires" de María Fernanda Trujillo y "El pergamino que contiene su nombre" de este fraguel, Rosa Yáñez, que ya sabéis que se han editado a cargo de el Centro Cultural Ángel Leiva. Quiero invitaros a todos a acompañarnos.

Presentación de "Devenires" de María Fernanda Trujillo
y "El pergamino que contiene su nombre" de Rosa Yáñez
cuadernos poéticos El Hilo Creador
Jueves 3 de Mayo a las 20'30h
La Carbonería
c/Levíes
Sevilla

9 de abril de 2012

El ruido y la furia


Había intentado tres o cuatro veces leer a Faulkner y no había podido pasar de las primeras cincuenta páginas. He tenido que pasar por Flannery O'Connor, por William Goyen, por "Lo que el viento se llevó", por "Matar a un ruiseñor", por Louis Amstrong, por New Orleans y el murmullo de los discos de pizarra (...largo etcétera...) para enamorarme perdidamente del Sr. Faulkner, sus palabras y su mundo. Hay cortejos que dan mucho trabajo.



Mañana, y mañana y mañana

Se desliza en este mezquino paso de día a día,

A la última sílaba del tiempo testimoniado:

Y todos nuestros ayeres han testimoniado a los tontos

El camino a la muerte polvorienta ¡Muere, muere vela fugaz!

La vida no es más que una sombra andante jugador deficiente

Que apuntala y realza su hora en el escenario

Y después ya no se escucha más. Es un cuento

Relatado por un idiota, lleno de Ruido y Furia,

Sin ningún significado.

Macbeth, William Shakespeare

21 de marzo de 2012

A propósito del día de la poesía

Después de leer un montón de chorradas hoy al respecto del día de la poesía, creo que estoy en la obligación moral de decir un par de cosas. Aquí una que está cansada de decir que escribe poemas e inmediatamente ver que se dibuja en quien la escucha ESA SONRISITA condescendiente. Esa que delata la imagen que se acaba de formar en su cerebro en la que aparezco yo misma dando saltitos a través de un campo de amapolas con un cestillo en el codo y un vestidito con lazo envuelta por mariposas de colores... O peor: derrotada ante una mesa llena de pañuelos usados y un par de botellas vacías (es de noche, hay tormenta, la mesa es de caoba, yo voy vestida de negro y hay un gran ventanal con cortinas púrpuras... ¿por qué? No lo sé, son los demás los que lo piensan...)

Vamos a lo que vamos: andan preguntando por ahí para qué sirve la poesía. La respuesta es simple: la poesía no sirve para NADA. Podríamos sobrevivir perfectamente sin ella. Que sí, que es verdad, que no me pongo trágica. Si no dime tú, déjate de cuentos, respóndete a ti mismo ahora que no te oye nadie: ¿cuándo leíste por última vez un poema? ¿Y te has puesto enfermo o algo por no leerlos? No, ¿verdad? Vamos, para lo mismo que la pintura, la escultura... ¿cuándo fue la última vez que fuiste a un museo? Pues eso... para nada.

Y es lo mismo con todas esas cosas que tampoco sirven para nada: pararse a oler la calle cuando ha llovido o levantar la cabeza para ver el arcoíris, detenerse a observar las arrugas del anciano que se ha sentado frente a ti en el autobús o sonreír a la cajera del supermercado, dar los buenos días por la mañana con una sonrisa que no sabes de dónde sacar. Que si no haces nada de esto, que no pasa nada hombre, que se sobrevive.

También podríamos sobrevivir sin pararnos a analizar por qué esa persona a la que creías caer mal hoy te ha sonreído o por qué en la reunión te ha apoyado el otro a pesar de su propio perjuicio, o qué extraña razón ha llevado a ese desconocido que se ha sentado a tu lado en el metro a contarte su vida con pelos y señales como si esperara algo de ti.

Y claro que podríamos sobrevivir sin mirarnos al espejo, sin pensar por qué hacemos las cosas que hacemos, si queremos o no y qué y a quién. Además, cuánto tiempo ahorraríamos, ¿no? ¿Qué más da si lo que siento es melancolía o nostalgia? ¿Si es tristeza o desesperanza? ¿Importa algo?

Y más allá, me consta que se puede vivir perfectamente sin pensar que entre palabra y palabra -de esas que decimos y escribimos, que leemos en el whatsapp y en el facebook, que nos dice quien se cruza con nosotros- hay una parte de lo que queremos decir y de lo que quieren decirnos que nunca se expresa. Que ya hay que estar aburrido para obsesionarse con esas lagunas en el mensaje y con querer cazar de algún modo esos pensamientos extraños -e inútiles y poco prácticos- que no se dejan verbalizar con el uso habitual de nuestro lenguaje. Esos que se nos acumulan hasta convertirnos en viejos. Pero bueno, se puede elegir como hobby, qué se yo, como el que colecciona sellos o hace torres de palillos de dientes. Tampoco es eso delito, ¿no? Con algo habrá que entretenerse.

Y ya digo, que para nada, que no sirve para nada. Sin embargo, siempre me he preguntado algo a lo que no le he encontrado aún respuesta, algo que siempre me ha sorprendido: el hecho de que los artistas siempre se hayan exiliado en tiempos de guerra, que hayan sido apresados, juzgados, perseguidos, y si no, como poco observados de cerca ¿tiene algún sentido? Y andando más por casa, me pregunto hoy cuando leo lo que leo por qué les indigna tanto y a tantos este hobby inocuo. Nadie odia, creo yo, al de los sellos o al de los palillos, todo lo más una burla si se acuerdan de que existen.

Y para lo que ya sí que no tengo respuesta es a por qué, a pesar de todo, de lo inútil, de lo vano, hay quien se para a oler la calle cuando ha llovido, quien considera la sonrisa del enemigo el mayor triunfo, quien se conoce tanto como para distinguir sus melancolías de sus nostalgias y quien se duele de que entre palabra y palabra se nos vayan tantas cosas, hasta el punto de creer que esas, precisamente esas, son las únicas que merecen la pena.

19 de marzo de 2012

El pergamino que contiene su nombre

Ya adelantaba algo hace unos días. Ya lo tenemos aquí. El viernes tuvo lugar una pequeña presentación en el Centro Cultural Ángel Leiva, muy bien acompañada además de mi amiga María Fernanda Trujillo y su excelente poemario "Devenires". Próximamente nos veremos en La Carbonería (Sevilla) y prometo informar cumplidamente.


Por supuesto, el cuadernito está dedicado a Ángel Leiva y Susana Jákfalvi por su confianza en mí, siempre inmerecida. Y como declaración de intenciones, el poemario se inicia con un extracto del discurso de Leonard Cohen en la recepción del Premio Príncipe de Asturias:


"And if one is to express the great inevitable defeat that awaits us all, it must be done within the strict confines of dignity and beauty"



Os vuelvo a dejar un pequeño extracto:

Levantarse un día para encontrar en el espejo
a alguien que no eres tú.

Buscarse entonces en los nuevos pliegues, en el puzle de la piel, en el color nuevo de los ojos y ese labio prominente que amenaza.

No ser capaz de descifrar la curva de la barbilla o la caída de las orejas.

Pasar las manos por las nuevas caderas y esas pantorrillas que siguieron caminos desconocidos.

Vestirse con cierta vergüenza y abandonarse sin nostalgia, como si no se perdiera gran cosa, como si no pasara nada.

Ajeno preguntarse adónde fue aquel que fuiste
y lavar esa cara de otro
y lanzarse a la calle a ver a los de siempre

que te reconocen enseguida

sin echarte de menos.

12 de marzo de 2012

Próximos proyectos...

Levantarse un día para encontrar en el espejo
a alguien que no eres tú.

Buscarse entonces en los nuevos pliegues, en el puzle de la piel, en el color nuevo de los ojos y ese labio prominente que amenaza.

No ser capaz de descifrar la curva de la barbilla o la caída de las orejas.

Pasar las manos por las nuevas caderas y esas pantorrillas que siguieron caminos desconocidos.

Vestirse con cierta vergüenza y abandonarse sin nostalgia, como si no se perdiera gran cosa, como si no pasara nada.

Ajeno preguntarse adónde fue aquel que fuiste
y lavar esa cara de otro
y lanzarse a la calle a ver a los de siempre

que te reconocen enseguida

sin echarte de menos.


Rosa Yáñez. "El pergamino que contiene su nombre"
Cuadernito de poemas que ya mismito estará a la venta...

15 de enero de 2012

Tangram. Juan Carlos Márquez.


No empiezo el año con el ingenuo propósito del pasado de volver a reseñar. Sé que el día a día me acaba pudiendo y que es imposible que mantenga un ritmo decente de reseñas -a su vez decentes, claro-, al menos por ahora. El caso es que entre mis encuentros literarios de los últimos tiempos hay algunos libros que sí que quiero destacar y comentar. Creo que merecen ser más conocidos de lo que son y que estoy en la obligación, como lectora agradecida, de impulsar el boca a oreja -si es que quedan orejas por aquí-.

El primer libro del que quiero hablaros es Tangram de Juan Carlos Márquez. Es un libro que promete ser novela pero que es en realidad una apuesta arriesgada entre géneros de esas tan difíciles de encontrar en las librerías. El título hace referencia a un juego tipo puzzle chino y, por algún extraño motivo, al librero que me lo vendió le sugirió que debía enviarme a la sección de esoterismo. Y aunque el libro se encontrara en novedades de narrativa, algo de razón llevaba el señor librero con su error, porque es un libro que lanza a un grupo de historias a conjurar una danza contra el lector en medio de un palacio de espejos. Vemos fragmentos, escorzos de estas historias e imaginamos el resto, pero nos queda siempre la certeza de que más allá debe de haber mucho más.

El autor, Juan Carlos Márquez, tiene una prestigiosa trayectoria en el género del cuento y si decir que Tangram es un conjunto de cuentos entrelazados es una desleal incorrección, también lo es decir que es una novela -o nouvelle si se quiere-. En el primer caso, estaríamos pasando por alto que la historia global sí que existe más allá de esos instantes que podemos curiosear a través de cada capítulo, es la música que bailan estos fragmentos y que está premeditada y destinada a ser descifrada por el lector. Y en el segundo caso, si dijéramos que es una novela, ignoraríamos la estructura de fotografías completas, de textos independientes capaces de expandirse, de cada uno de esos capítulos que, puestos a ser incorrectos, sólo pueden escapar de la cabeza de un cuentista o un buen fotógrafo.

La historia subyacente es un thriller contado con un refrescante humor negro, irónico y poético a un tiempo. Este aire desenfadado fue uno de los atractivos que me hizo acercarme al libro -la editorial tuvo a bien hacer público un capítulo- y otro de ellos, la precisión del lenguaje. Caigo en repetir y repetirme si digo que debería darse por descontado que un libro estuviera bien escrito, pero como todos sabemos ya que eso no es siempre cierto, pues digamos que lo bien escrito que está éste es su segundo gran punto a favor. El primer capítulo y sus personajes me parecen ejemplares en esta línea de maestría y humor y creo que es uno de los mejores fragmentos, capítulos, ¿cuentos?, del libro.

Pero creo que los primeros capítulos también resultan ser los mejores -al menos en una primera lectura, que no he repetido aún, que conste- porque cuenta a su favor con la novedad. Y es que a lo largo de la lectura empecé a tropezar con las explicaciones y un cierto ritmo de parada en los matices que me fatigaba un poco. Lo que en un principio era ingenioso y refrescante como he dicho, acababa por cansar y a veces me perdía en un exceso de metáforas y subordinadas y echaba de menos -y en esto me hago eco de otras críticas- un cambio más radical de voz para cada personaje, un ejercicio más extremo de diferenciación entre sus lenguajes y alguna aproximación más directa al meollo del asunto. Creo que también me impacientaba la intriga por desvelar el misterio, todo sea dicho.

Es un libro que hay que leer, sobre el que hay que pensar, que hay que disfrutar. Uno de esos hallazgos literarios cuya reflexión es más larga que su lectura y no digo poco. Así que, señores, cómprenlo, léanlo y recomiéndenlo.