30 de marzo de 2013

Hablar en la oscuridad

Hipermetro

A veces dan ganas de subirse en el que pasa fuera de hora. Uno, desvaído y frágil, que abre las puertas con un chirrido agudo que araña la estación vacía. En el interior del tren las luces están apagadas, pero cada noche adivino una cerilla rascada encendiendo un cigarro en la oscuridad del vagón.

Dan ganas de dejar el cubo y la fregona aquí, bajo esta luz insoportable que apenas deja pensar, que te ilumina por dentro para enseñártelo todo. Apetece poder cerrar los ojos y no ver esta penumbra rojiza. Y es que hay cosas que uno sólo puede contarse en la oscuridad y quizá haya otras que sólo puedan hablarse dentro de ese tren que pasa fuera de hora.

Fotografía de mi amigo Javier Prieto

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